Gente que nos lee

lunes, 16 de mayo de 2011

¿"Distancia"? Nosotros somos más fuertes, tan sólo son nueve letras. (por Nadia)

Distancia.
Nueve letras que pesan más que cualquier saco de piedras. Nueve palabras que queman más que cualquier hoguera, que duelen más que un navajazo en el estómago.
Tener a una persona querida lejos es difícil y muy doloroso. Porque sabes que quieres estar con ella a todas horas, y no puedes. Y sientes una impotencia terrible e indescriptible al no tenerla entre tus brazos.
Pero intentas sobrevivir capturando pequeños momentos que pasas a su lado. Momentos intensos o mucho más que intensos. Pequeños momentos que se te quedan grabados en el corazón, pues se niegan a abandonarte porque son maravillosos. Esos recuerdos son lo único a lo que puedes agarrarte para no decaer, para seguir hacia delante. Para levantarte otro día sin su presencia. Echas de menos a esa persona pero no puedes hacer nada por cambiar ese vacío que te persigue y que a penas te deja respirar con tranquilidad.
Ves fotos que os hicisteis juntos, ves vídeos. Recuerdas esas risas que compartisteis aquel día, conteniendo las lágrimas que amenazan con escapar de tus ojos. Llegas a pensar que no serás nada si ella no está contigo, si no la tienes al lado. Pero vivís lejos, y no puedes remediarlo. Tan sólo puedes quejarte, y seguir con tu vida sin ella.
Entiendo ese dolor. Yo también tengo personas lejos del alcance de mis abrazos.
Sobre todo, he de decir que echo muchísimo de menos a mis primos, pues vivimos muy lejos. Yo soy de Alicante, mi prima Encarni es de Alcalá de Henares y mi primo Raúl es de Albacete, y yo los quiero más que a nada. También tengo amigos en otras partes, y los que más duelen son los chicos de Albacete y el de Granada.
Estar con ellos es muy importante para mí. Me enseñan a crecer como persona, y tienen mil maneras diferentes para hacerme sonreír.
Tenerlos a kilómetros de distancia no es ningún motivo para seguir pensando en ellos cada día, a cada hora, a cada segundo. Sigo queriéndoles muchísimo y todos los días me levanto con ganas de verlos.
¿Sabéis? La distancia es un problema, sí. Pero no es un motivo válido para dejar de querer a una persona.
Y quiero decirles a todas las parejas que estén ahora mismo separados por la distancia, que continúen, que luchen por proteger la relación, pues es algo precioso y vale la pena llevarlo hacia delante. Ignorar a la gente que os diga que es una tontería, que no puede existir amor a distancia, porque es mentira. Porque aquellas personas que lo piensan son algo así como ignorantes. Al no haber pasado por eso, no saben cómo es. Cómo te sientes. Cómo echas de menos a esa persona. No entienden que la quieras tanto porque les parece absurdo que améis a alguien que vive lejos.
No los escuchéis, seguir hacia delante. Si os quedáis a mitad de camino, os arrepentiréis cuando pase un tiempo.
Creedme, hacedme caso, porque a mí también me ha pasado.

PD: Sólo vale soñar.

domingo, 15 de mayo de 2011

Música (Raúl)

¿Qué es la música?
Una pregunta con millones de posibles y acertadas respuestas.
Y trataré de ofreceros brevemente una de esas respuestas.
Porque para mí la música es tranquilidad, es concentración, es danza, es locura, lo es todo. A veces, cuando te encuentras en la más profunda de la desolación, cuando el sentimiento de tristeza y soledad se adentran sin más remedio en tu cuerpo, cuando tienes un mal día en el que nada te sale bien y lo único que quieres es pasar un rato a gusto, en el que seas tu mismo y te encuentres como en casa, lo único que tienes que hacer es encender tu Ipod, mp3, mp4 o el ordenador e ir al apartado "MÚSICA". Con sólo ver esa palabra ya se te alumbrará la cara y, una vez dado al botón, la sonrisa reaparecerá en el rostro del que nuca se debió ir. Porque con la música los seres humanos somos capaces de hacer muchísimas cosas.
Podemos convertir una canción que en su día pasó inadvertida en una de esas canciones que hablan de la paz, de que el cambio del mundo es posible, de que las fronteras de los países desaparezcan y que no se rigan por los colores de la piel. Varios cantantes, una sola letra que los une en un cántico a la vida, al mañana, a la humanidad.

Para terminar, tengo que deciros que tengáis muy en cuenta la música en vuestras vidas, y que no dudéis en ponerla en ellas, porque si lo hacéis, sin duda habréis ganado una de las mejores cosas de la vida.
¿Te lo vas a perder?

lunes, 9 de mayo de 2011

¿Para qué sirve la Inseguridad? (Nadia)

Diez menos diez de la mañana. Lunes, nueve de mayo.

Camino junto a mis amigas, charlando de cosas sin sentido que nos hacen reír a todas.
Las miro. Son estupendas. Tan transparentes, tan verdaderas.
Nos dirigimos al gimnasio, donde el profesor nos hará correr a todos sin importar que sea lunes, sin importar lo cansados que estemos del corto pero intenso fin de semana. Eso da igual, lo importante para él es hacernos correr, hacernos sudar.
Entro. Doy almenos siete vueltas sin parar de correr, sin parar de estirar los músculos engarrotados. Cuando todos paran, yo no soy menos.
El profesor nos empieza a explicar qué es lo que daremos en las próximas clases.
Atletismo.
Genial, atletismo. Se me da tan mal como cualquier otro deporte, pero aún así me callo. No tengo nada que reprocharle, pues toda queja acabaría en suspenso. Así que decido hacer lo que él pide. Correr por todo el gimnasio y saltar con una pierna cuando él dé una palmada.
Divertido, nos observa desde la colchoneta, o simplemente nos observa porque ése es su trabajo.
El calor empieza a llegarme poco a poco, y siento que la camiseta me agobia cada vez más, pero no digo nada. Solamente me limito a seguir corriendo como hacen todos mis compañeros. Ninguno parece molesto, y yo no voy a ser menos.
Cuando dejamos de correr, nos propone unos ejercicios que a simple vista resultan fáciles.
Los hago. Bueno, más bien intento hacerlos.
Empiezo a correr, como él pide, y tras dar tres pasos doy un salto, pero mis zapatillas patinan en el escurridizo suelo y me voy de lado. Oigo unas risillas de fondo, pero no me importan, pues yo también me estoy riendo de mí misma.
La clase empeora cuando miro a las demás divirtiéndose con el ejercicio. Lo hacen bastante bien, pero yo no consigo cogerle el truco. Sigo probando y nada, cada vez me sale peor. Decido situarme en una esquina, fuera del alcance de los ojos del profesor, intentando pasar desapercibida.
Me miro, y me acabo de dar cuenta de que yo no sirvo para todo esto. Para moverme, para saltar, para correr ante la gente.
Cuando vuelvo a mirarme por encima, noto que he engordado. Peso más que cualquier otra chica de mi clase o, almenos, eso es lo que me parece a mí.
Cruzo los brazos, en un intento vano por taparme un poco. Cada vez lo veo más difícil.
La gente empieza a decirme que intente hacer el ejercicio, y yo me niego rotundamente. No quiero que me vean de nuevo, no quiero volver a repetir el ejercicio para ser el blanco de toda burla.
Lo único que se me ocurre es salir corriendo del gimnasio.
 
 
La inseguridad es un sentimiento que nos hace sentir pena y lástima por nosotros mismos. Posiblemente a tí también te haya pasado aunque, sinceramente, espero que no.
A mí sí que me ha pasado, exactamente hoy en clase de educación física. ¿Sabes lo que ha pasado después? Al huir, me he mirado en el espejo y me he sonreído. Me he dicho a mí misma: ¿Qué ha pasado ahí fuera?, ¿de verdad vas a dejar de ser lo que tú eres por lo que pueda decir el mundo?, ¿por qué dejar de sonreír, por qué empezar a sufrir por tu propio cuerpo?
Y es que la inseguridad es lo peor del mundo, pues nos influye incluso demasiado, y no deja que mostremos lo que realmente somos. No nos permite sacar a relucir lo que nos hace felices, lo que nos gusta de nosotros mismos.
No te conozco, posiblemente nunca hablaré contigo. Sólo serás mi lector/a, desgraciadamente puede que jamás seamos amigos/as.
Pero hoy estoy dispuesta a decirte que cojas todas las inseguridades que te atormentan para sacarlas de tu vida, y cerrar la pequeña puerta que tienes en el corazón para no permitirles la entrada de nuevo.
Finalmente, quiero pedirte una última cosa. Levántate, camina lentamente hacia cualquier espejo de tu casa, mírate y sonríete. Susúrrate que te sientes segura, que nadie ni nada podrá influir jamás en el amor propio que sientes. Que jamás cambiarás, que seguirás así. Que la belleza de una persona jamás está reflejada en el físico, solamente se puede encontrar en el interior.
Y grítate: Soy feliz.

PD: Sólo vale soñar.

Un segundo para Raúl

Espero que tardéis un poco más en leer esta entrada en el que será mi saludo para vosotros.
Y qué decir. Por donde empezar.
Creo que la forma más adecuada sea diciéndoos que soy primo de Nadia (ya lo habréis deducido) y vivo en una pequeña ciudad del sur de España, Albacete, de donde estoy muy orgullosos de haber nacido. Tengo 16 años y lo que más me gusta son las lecturas compaginadas con el deporte y la guitarra. Sí, toco la guitarra. Y he de decir que tengo un vídeo junto a mi prima en el cuál yo toco y ella canta. Os gustará.
Sobre como afronto este blog, yo pienso que ya tengo un poco de experiencia, pues será mi tercer blog. Llevo uno en solitario, otro a medias con un amigo y ahora abro éste, que espero que sea un revolucionario en este mundo, que sea diferente de los otros miles de blogs y que la gente que lo lea, incluido/a tú, se sienta identificado al leer los textos de uno y otro. Lo único que queremos es que dejes a un lado tus problemas, sentimientos malos que puedan conllevar a pensamientos aún peores, y que por un momento puedas arrancar esa valiosa sonrisa de tu cara para que puedas ser feliz, y creer en tus posibilidades, creer que puedes superar esos problemas y alcanzar esa felicidad tan difícil de conseguir.
Quizás hacer todo esto nos pueda conllevar algún tiempo, pero para otros un simple segundo puede ser la cura para todos sus problemas. Debemos hacer lo que ellos, o al menos intentarlo. De esa forma seremos felices.
Porque un segundo da para mucho. O si no decírselo a los corredores de atletismo, los pilotos de fórmula uno, o a nosotros mismos. En un segundo de nuestra vida nos enteraremos de que la potencia mundial acaba de matar al hombre más buscado del mundo, de la muerte de un mito del golf y del deporte mundial como es Severiano Ballesteros, de que un terremoto y posterior tsunami ha destrozado el país de Japón, de que Libia ha entrado en guerra civil, del descubrimiento de un nuevo planeta muy lejos de nosotros peor con igual características que el nuestro, de quién ganará las elecciones del 22 de mayo, del asesinato de Gandhi o Martin Luther King o de la fecha exacta en la que el petróleo nos dirá adiós.
Un simple segundo puede ser el causante de la mayor de las alegrías, o de la peor de las catástrofes.
Para terminar mi presentación, diré que no dejéis de leer este blog, porque prometo que os cautivará y os envolverá por dentro.
Y recordad.
Aprovechar vuestro segundo.