Gente que nos lee

sábado, 30 de julio de 2011

Canciones para recordar... (Por Raúl)

Hace ya un tiempo, escribí sobre un tema que me parece de lo más interesante posible. La música. Esa gran desconocida para algunos, pero que sin ella no podrían vivir. Esa parte de nuestra vida que necesitamos cuando nos invaden todo tipo de sensaciones, ya sean de amor, tanto de alegría como de odio. Porque para que nos vamos a engañar, a todo el mundo le gusta escuchar música, el lugar y  el momento no importan, lo importante es que esas sinfonías se adentren en nuestros oídos y el cerebro capte el sentimiento que el cantante nos quiere meter en la cabeza.
Pero el tema de lo que hablaré hoy no habla simplemente de la música. También lo hace de los sentimientos que esa desprende. De aquellas cosas que la música nos puede cambiar. Un pensamiento. Sólo uno. Es capaz de levantarte el ánimo cuando nuestra moral está por los suelos. ¿Acaso una buena banda sonora no es capaz de mejorar una película?¿Tenía razón Guardiola cuando ponía la famosa canción de Coldplay a sus pupilos en el vestuario justo antes de empezar un partido para motivar a los suyos?¿Y qué me decís de cuando estáis sentados frente al ordenador aburridos, tristes o dormidos?¿No os anima escuchar esa musiquilla que, aunque la hayáis escuchado mil veces, no os cansáis de oír y que es capaz de cambiar de forma radical vuestro pensamiento sobre algo?
No me respondáis que no. Ya sea una canción de pop, de rockandroll, una balada, un pasodoble, una bachata, da igual.
Y es que hay veces las relacionamos con algunas personas de nuestras vidas que más queremos. Esa canción que tanto nos hace pensar en la chica o el chico que nos gusta o amamos pero que no lo sabe y nuestra mente grita "díselo de una vez, no tengas miedo", aquella que nos recuerda aquél ser querido que se nos fue hace un tiempo pero que no conseguimos quitárnoslo de la cabeza, esa que escuchamos en este el momento preciso de nuestro primer beso, y nos hace cavilar sobre la primera novia o novio, lo que fuese. Sentirnos nosotros mismos. Sentirnos humanos. En eso se tienen que basar nuestros pensamientos. Nunca podemos perder la humanidad que nos caracteriza como personas. Quizás en la música  esté lo que necesitamos para sentirnos eso mismo, personas que lo único que quieren es ser felices y vivir a tope sus vidas, sin que nadie les tengan que decir que es lo que deben y lo que no hacer en cada momento de su existencia.
Cada uno es libre de elegir que le guste o no ésta o aquélla música, porque para gustos los colores. Pero en, en realidad, el que elige qué canciones nos recuerdan a esas personas que tanto amamos y queremos en nuestras vidas, que tanto deseamos que nunca nos dejen o abandonen, quién elige eso, es ese pequeño individuo que controla nuestros sentimientos. Ése individuo que nos hace sentir personas. Ése individuo tan pequeño pero que nos gana en grandeza a todas las personas juntas. Ése, amigos míos, ése individuo se llama corazón. Aunque algunos lo quieran negar. Todos, y cuando digo todos es TODOS, hemos sentido en nuestra vida esos impulsos que nos llevan a pensar.
ÉL elige cuando una canción será la encargada de transmitirnos ese pensamiento que nos lleve a esos humanos, esos que tanto queremos... él será el encargado de que una canción nos haga sentir culpables de una acción que nunca quisimos realizar, en la que la fortuna no nos quiso acompañar.... él será el culpable de él mismo se encoja cuándo una sinfonía nos recuerde a ese fallecido que no queremos abandonar.... él será el cargado de que no olvidemos a esas personas que un día estuvieron con nosotros, pero que la distancia o el tiempo no han querido que ahora lo estén junto a nosotros...
Él, sin duda alguna, mientras suena esa canción, será el encargado de que esas personas no caigan en el olvido...

No hay comentarios:

Publicar un comentario